Las 5 inversiones para que tu empresa sea más rentable

La búsqueda de rentabilidad de un negocio no solo pasa por ganar cuota de mercado o reducir costes, también requiere centrar los esfuerzos en hacer más eficiente el gasto. Aunque en el corto plazo las estrategias encaminadas a este último objetivo no den resultados inmediatos, son las que generan una verdadera ventaja competitiva sostenida en el tiempo.

En este contexto, se debe dejar de lado el azar y la intuición en la toma de decisiones vinculadas a la inversión. Cuestiones del tipo ‘¿Y si contratamos otro comercial para que nos traiga clientes?’ deben ser desterradas. Todo planteamiento debe tener una base científica, es decir, contrastada con la realidad de la empresa, analizando la multitud de datos e indicadores que podemos extraer de su actividad y funcionamiento diario.

Para hacernos con esta información de calidad de la compañía se debe establecer una metodología de análisis. Existen multitud de soluciones tecnológicas que nos ayudan a mecanizar o automatizar este proceso para tomar las decisiones estratégicas más acertadas.

Rentabilidad en la empresa con tecnología

La primera recomendación para invertir, es por tanto, explorar la posibilidad de contratar este tipo de servicios o, en su defecto, tratar de que todo paso en la organización se sustente en un paradigma ‘test&learn’ en cada una de las decisiones que impliquen un cambio de cambio.

Apostar por la formación del personal es clave en este proceso de obtener una rentabilidad duradera. Tanto las nuevas habilidades y destrezas que estos adquieran como el imput que supone fomentar de este modo el sentimiento de pertenencia dentro de la organización, revertirá en una mejora del resultado empresarial. Es una buena opción contar con de expertos en una materia concreta que cubra las carencias objetivas del equipo y que además les sirva de palanca de aprendizaje.

Barajar la contratación de servicios de una empresa externa que realice o complemente determinadas tareas menos estratégicas, como el mantenimiento de sistemas informáticos o la comunicación externa, ayudará a que los recursos disponibles se puedan centrar en el ‘core business’.

Invertir en innovación, lo es también invertir en el buen funcionamiento del negocio. Tener el último modelo de un determinado dispositivo no es sinónimo de rentabilidad. Hay que estudiar detenidamente qué tecnología puede facilitar y/o eliminar las tareas más tediosas y rutinarias, acordes con las necesidades y presupuesto de cada negocio. En este sentido, la rentabilidad vendrá de la mano del ahorro de tiempo y de la eliminación de errores propios de la gestión manual. 

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